Hoy quise hacer una entrada diferente para mostraros más allá de mis palabras que es posible superar la anorexia.
El otro día salí llorando de emoción de la consulta de nutrición porque recibí la mejor noticia:sólo me quedan dos kilos para llegar a mi peso saludable.Dos kilos me separan de mi plena recuperación, de poder reconstruír la totalidad de mi destrucción. Todavía recuerdo lo imposible que parecía cuando estaba diez kilos por debajo. No ha sido fácil llegar hasta aquí, fue un proceso muy lento y en ocasiones, frustrante. Ahora que estoy a punto de llegar a la meta, lo único que puedo trasmitiros es positivismo y fuerza, porque con esfuerzo todo es posible.
Cuando observo la foto de arriba tengo una mezcla de sentimientos. Por una parte me resulta muy duro ver hasta qué punto pude destruirme y dañarme. Por otra parte, miro la foto de abajo y sonrío porque refleja todo mi proceso, la recompensa de la lucha y el sacrificio. Entre una foto y otra hay seis meses de diferencia y siete kilos. Sin embargo, la diferencia más grande entre ambas no es la física,sino la mental. La de arriba es una persona infeliz que había perdido las ganas de vivir. La de abajo en cambio, es una persona feliz consigo misma y con su vida, más fuerte, segura y que valora más que nunca la fortuna que tiene.
La anorexia trajo mucho sufrimiento en mi vida y en mi familia, pero también me unió más que nunca a mis seres queridos, me hizo plantearme todo de otra manera, apreciar más cada instante y no permitirme perder más el tiempo con aquello que carece de importancia.
La primera foto no era yo porque estaba dominada por el bicho, vivía por y para él, lo único que me importaba era seguir sus mandatos y no consumir calorías.Quién le diría a aquella Cris que seis meses más tarde lloraría de felicidad al ver su peso incrementado en una báscula, que volvería a disfrutar de la comida y lo más importante, de vivir. Y aunque todavía queden restos del bicho cada vez son más inapreciables y si siguen ahí son sólo para recordarme cómo fui capaz de acabar con él.
La lección más importante que he aprendido es que no hay que renegar del pasado, ni de los errores ni de aquello que hicimos mal. Lo que sí que hay que hacer es aprender de lo que nos causó tanto daño y sacar la lectura positiva. No me oculto, no me avergüenzo, porque esa fue mi vida, mi realidad, pero ahora tan sólo es un recuerdo. Un recuerdo que me hizo crecer y madurar. Un recuerdo que puede servir de ejemplo para que otras personas se recuperen. Un recuerdo para nunca más volver atrás. Un recuerdo para sonreír y creer. Creer que no hay nada imposible, que de las mayores caídas también es posible volver a levantarse.
No sé como he llegado a esta página, creo que alguien le ha dado a me gusta en su facebook. Simplemente te escribo para darte la enhorabuena por salir del pozo en el que estabas y también por cómo lo has afrontado. Sé que la parte mental es la más importante en cambio que has tenido en los últimos meses, pero créeme que físicamente no tiene nada que ver una chica con la otra, ahora eres una chica muy guapa. Todos los que te rodean tienen que estar orgullosos de ti pero la persona que tiene que estar más orgullosa eres tú.
ResponderEliminarFelicidades.........eres una ganadora nata........riete de los deportistas de élite...... sigue adelante....no desfallezcas..........tu y solo tu sabe lo que ha costado !!!!! puedes estar muy orgullosa..........
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