Mi relato personal con la anorexia. Una historia de superación para ayudar a todas las personas que se sientan identificadas e impedir que nuevos casos aparezcan.Porque es posible volver a ver la luz después del túnel. Email de contacto para dudas, consejos o todo en lo que pueda ayudaros criscrispasr@gmail.com Instagram: criscrispasr
jueves, 14 de abril de 2016
Lo imposible solo cuesta un poco más
Lo primero de todo quería daros las gracias por todos los correos que me enviais. No os imagináis la emoción que siento cada vez que veo la confianza que depositáis en mi y lo reconfortable que es poder ver que esto sirve para ayudaros. Cuando empecé este blog, lo hice para desahogarme y con la esperanza de que pudiese ayudar a alguien pero jamás pude imaginar que tendría esta repercusión y no me puedo sentir más orgullosa de ello. Una vez más, otra prueba de que todo lo malo esconde sus partes buenas, el haber pasado esta enfermedad hace que ahora pueda ayudar a aquellos que están pasando por lo mismo y darles las fuerzas que un día yo necesité.
Como podéis ver estas últimas entradas las acompaño de fotos, porque a veces es verdad eso que dicen de que una imagen vale más que mil palabras. Es duro pero es bonito a la vez poder ver como entre esas imagenes cada vez hay más diferencias. Porque cada día que pasa estoy más sana, más recuperada y más feliz.
Me ha costado mucho tiempo aprender que el problema no estaba en mi cuerpo sino en mi cabeza. Yo le echaba a él toda la culpa, creía que mi falta de autoestima se debía a que mis piernas no eran lo suficientemente bonitas. Creía que cambiando mi cuerpo, que estando más delgada, lograría quererme. Y sin embargo, cuanto más delgada era más infeliz estaba. Porque aceptarte a ti mismo es independiente a los kilos que marque una báscula. Yo no me quería ni pesando 58 ni 36 kilos. Ahora, en cambio, no es cuando tengo el mejor cuerpo del mundo pero es la primera vez en mi vida que me miro en el espejo y me gusta lo que veo.Me siento bien conmigo misma, me valoro como nunca antes lo había hecho. Lo más difícil no ha sido subir de peso sino construir mi autoestima. Y esa es, sin duda, la meta más importante. Porque cuando te quieres a ti misma, cuando aprendes a ser feliz por ti, el resto de puertas se empiezan a abrir y todo a tu alrededor mejora.
Todo se puede lograr, todo es posible. Es un camino lento pero os aseguro que cuando llegueis al final habrá merecido la pena.
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